Historia de PortobelloStreet.es II

De la época de mi infancia lo que recuerdo con nostalgia y como algo positivo era cuando, no se de donde me vino la idea, construí un juguete hecho en el taller de mi padre. Armado con un tablero de contrachapado, unos clavos, unas gomas de los cartones de huevos y unas canicas, me construí mi primer pinball, que fui perfeccionando, añadiendo un taco de madera para que la bola cayera y unas pinzas de la ropa que me servían para golpear la bola. Un yoyo partido hacia las veces de óbstaculo para golpear y conseguir puntos.

Con tan solo 9 años convencí a unos amigos para hacer un show en el que nos disfrazámos y construimos un decorado con cartones. Cobramos 1 peseta a los chicos del barrio y aunque salió bien, recaudamos unas 10 pesetas, la vergüenza que pasaron no les compenso el continuar. Pero mi mente inquieta no paraba de idear cosas, y no se me ocurrió otra cosa que fabricar petardos con pavas de cigarros encontradas en la calle. La materia prima era gratuita, pero el invento no funcionó. Vendí como 5 o 6 petardos que no explotaban y como persona seria y responsable les devolví el dinero. El cliente siempre debe confiar en nosotros, si no lo pierdes para siempre. Y todos los que le conocen también.

El día que fuí a matricularme a la universidad, me encontré a un conocido del barrio en la puerta de la facultad de farmacia. Estaba haciendo fotos de carnet para las fichas de clase. Como no conocía a nadie en la universidad me acerque a saludarle. Ahora que lo pienso, le había visto mil veces en el barrio y nunca nos habíamos dirigido la palabra, y sin embargo al vernos lejos de casa a los dos nos dió por hablar un buen rato. Ese mismo día nos convertimos en socios al 50 %, se llamaba David González y a día de hoy seguimos siendolo.

Esto sucedió porque Tomás, otro amigo suyo y después también mío, comenzaba las clases a mitad de la temporada de las fotos y se quedaba solo. Yo le dije que ni tenía cámara de fotos ni tenía ni idea de como se utilizaba una. Me dijo que no había problema, que las fotos de carnet eran muy fáciles de hacer. Solo había que tener cuidado en no hacer las fotos de carnet de cuerpo entero.

Con las mismas me convenció y ademas me vendió una cámara konica semi-réflex por 25.000 ptas. Y que la podría pagar con lo que sacara de la temporada. Eso hice y pocos meses después la vendí a un compañero de clase por 35.000 ptas.

Entonces comenzó nuestra sociedad y nuestra amistad. Corría el año 1.988 y ambos teníamos 18 años.

Durante 6 años estuvimos haciendo fotos de carnet en la puerta de la facultad de farmacia y durante el curso comenzamos a trabajar juntos haciendo fotos de boda. Desde el primer momento hubo feeling y nos repartíamos a la mitad el dinero que ganábamos.

Foto: Alberto Torres, Carlos Torres (hermanos) e Ismael Benito (primo) en el portal del edificio de Marconi en Leganés.

Texto: Alberto Torres

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